
Por qué las bombas de calor están en boca de todos
Las bombas de calor dejaron de ser una rareza técnica. Hoy son una opción sólida para calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria (ACS) en pisos y casas. Su atractivo no viene solo de los titulares sobre energía: consumen menos, emiten menos y dan más control al usuario. Además, se integran bien con placas solares, baterías y tarifas con discriminación horaria.
Si buscas reducir la factura, mejorar el confort y anticiparte a cambios normativos, esta guía te ayuda a entender qué puedes esperar, cómo elegir el sistema adecuado y cómo sacar partido a su funcionamiento diario.
Lo que ha cambiado en poco tiempo
- Rendimiento real en climas fríos: los equipos actuales mantienen buena eficiencia por debajo de 0 °C gracias a compresores y refrigerantes modernos.
- Más opciones de integración: control con apps, conexión con fotovoltaica y depósitos de inercia para “almacenar” calor o frío cuando la energía es barata o abundante.
- Ayudas y marcos regulatorios: cada vez más países y regiones impulsan estas tecnologías con subvenciones y objetivos de descarbonización.
Cómo funciona una bomba de calor sin tecnicismos
Una bomba de calor mueve energía de un lugar a otro. En calefacción, extrae calor del aire exterior (o del suelo/agua) y lo “empuja” al interior. En verano invierte el proceso y actúa como aire acondicionado.
El número a recordar es el COP (coeficiente de rendimiento). Si el COP es 3, por cada 1 kWh eléctrico introduces 3 kWh de calor útil en casa. En la vida real interesa más el SCOP (rendimiento estacional), que promedia todo el invierno. Traducción: con buen diseño e instalación, gastas menos electricidad para obtener el mismo confort.
Tipos principales
- Aire-aire: los “splits” o multisplits que ya conoces. Calientan y enfrían el aire directamente. Instalación sencilla, ideal para viviendas sin circuito de agua.
- Aire-agua: calienta agua para radiadores, suelo radiante o fancoils y produce ACS. Es la más versátil para sustituir calderas.
- Geotermia/agua-agua: usa el subsuelo o agua como fuente. Es muy estable y eficiente, pero requiere obra y suele costar más.
Temperaturas y emisores
Las bombas de calor trabajan mejor a baja temperatura (35–45 °C en agua). Por eso se llevan de maravilla con suelo radiante y con radiadores o fancoils dimensionados para baja temperatura. Si tienes radiadores antiguos preparados para 70–80 °C, hay dos caminos: reducir demanda (aislamiento, ventanas) y/o cambiar emisores. Hay equipos de “alta temperatura”, pero pierden parte de la magia de la eficiencia.
Antes de comprar: vivienda, clima y hábitos
Una decisión acertada empieza por entender tu hogar y cómo lo usas. No hay “equipo perfecto” universal: importa el clima, el aislamiento y el patrón de uso.
Evalúa tu punto de partida
- Clima local: ¿inviernos suaves o bajo cero frecuentes? Los catálogos indican potencias a distintas temperaturas. Mira la potencia a -7 °C si vives en zona fría.
- Aislamiento: reforzar ventanas, sellados y cubiertas baja el consumo y permite equipos más compactos.
- Emisores existentes: radiadores, suelo radiante o nada. Esto define si optas por aire-agua o aire-aire (o un híbrido por estancias).
- Espacio técnico: necesitas sitio para la unidad exterior y, si es aire-agua, para la unidad interior, depósito de ACS y/o inercia.
Monobloc, bibloc y ubicación
En aire-agua, los monobloc concentran el circuito frigorífico fuera; simplifican y reducen manipulación de refrigerante, pero requieren proteger el agua contra heladas. Los bibloc (o split hidráulico) dividen en exterior e interior; suelen ofrecer más flexibilidad en climas fríos. La ubicación de la unidad exterior importa: distancia, accesibilidad para mantenimiento y, muy importante, ruido. Revisa los dB en ficha técnica y piensa en los vecinos.
Refrigerantes y seguridad
Hoy verás referencias a R32 y R290 (propano). El R290 rinde bien a baja temperatura y tiene bajo potencial de calentamiento global, pero es inflamable: la instalación debe cumplir normativa y buenas prácticas. En todos los casos, confía en instaladores acreditados.
Integración con placas solares y tarifas inteligentes
Aquí está una de las mayores ventajas actuales: usar el calor como “batería”. Si tienes fotovoltaica, puedes programar la bomba de calor para producir ACS y cargar un depósito de inercia en horas de sol. También puedes precaliantar estancias o agua dentro de límites confortables cuando tu tarifa es más barata.
Autoconsumo práctico
- ACS como almacenamiento: sube la consigna del acumulador de 47 a 53–55 °C en horas solares (y mantiene temperaturas más bajas el resto del día). Respeta el ciclo antilegionela recomendado por el fabricante.
- Inercia térmica: un pequeño depósito ayuda a estabilizar el sistema y a “guardar” energía barata durante unas horas.
- Control: con relés de autoconsumo, API del inversor o la app del fabricante, automatiza sin estar pendiente.
Tarifas con discriminación horaria
Si tu compañía ofrece precios valle por la noche o en franjas concretas, aprovecha para ACS y precalentamientos suaves. La clave es no sacrificar confort. Configura curvas climáticas y consignas que eviten picos de potencia en horas caras.
Costes, ayudas y retorno esperado
Los costes varían por potencia, tipo de equipo y obra necesaria. Como referencia, para una vivienda típica con aire-agua y ACS:
- Equipo e instalación: desde valores contenidos en configuraciones sencillas a cifras más elevadas cuando hay que adaptar emisores, añadir depósito, hacer obra hidráulica o eléctrica.
- Mantenimiento: limpieza de filtros, revisión anual de presiones y control de válvulas. El coste es moderado comparado con sistemas de combustión.
- Vida útil: 12–15 años cuidando el equipo; más si el uso y mantenimiento son correctos.
El retorno depende del precio del gas/propano/diésel o de si venías de calefacción eléctrica directa. Si reemplazas resistencias o gasóleo, el ahorro puede ser notable. Con fotovoltaica, recortas aún más la factura. Y en muchos lugares hay subvenciones y deducciones fiscales que acortan el periodo de amortización.
Cómo aterrizar los números
- Estima tu demanda anual de calefacción y ACS. Un técnico puede calcularla; como usuario, tu factura histórica da pistas.
- Aplica un SCOP realista (2,8–4,5 según clima y emisores). Evita calcular solo con COP nominal.
- Compara el coste por kWh útil versus tu combustible actual y suma los costes fijos de cada opción.
Mitos comunes y lo que sí pasa en la práctica
“No sirven en climas fríos”
En equipos modernos, sigue habiendo descongelaciones a bajas temperaturas y humedad alta, pero siguen calentando. La potencia útil baja, sí; por eso es importante dimensionar mirando datos a -7 °C o -10 °C si toca. Algunos equipos usan resistencias de apoyo, pero no deberían ser la norma de funcionamiento diario.
“Con radiadores antiguos no funcionan”
Depende. Si tu vivienda necesita 65–70 °C para mantener el confort, una bomba de calor estará penalizada. Pero muchos hogares mantienen confort con 45–55 °C tras mejorar aislamiento, equilibrar circuitos y quizá aumentar superficie emisora en estancias clave. Un pequeño estudio térmico evita sorpresas.
“Secan demasiado el ambiente”
En modo calefacción por aire, cualquier sistema que impulse aire puede bajar la humedad relativa. La solución es sencilla: humectar con plantas, fuentes de humedad controlada o usar emisores por agua que mantienen ambientes más estables.
Uso diario: ajustes que suman confort y ahorro
Una bomba de calor agradece estabilidad. El encendido y apagado agresivo hace perder eficiencia y confort. Mejor trabajar con rampas suaves.
Curva climática y termostatos
- Curva climática: ajusta la temperatura del agua según la temperatura exterior. Te evita tocar el termostato todo el día.
- Modulación: prioriza controlar por temperatura de impulsión y modulación antes que por on/off del salón.
- Zonificación: útil, pero evita cortar caudales en exceso. En aire-agua, guardar un caudal mínimo es clave para el compresor.
ACS: confort sin despilfarro
- Elige una consigna realista (45–50 °C) y programa el antilegionela según fabricante (por ejemplo, semanal a 60 °C).
- Si tienes fotovoltaica, sube la consigna en horas de sol y bájala el resto.
Refrigeración con cabeza
- Consignas moderadas: 25–26 °C y modo seco si el problema es humedad.
- Descarte de picos: preenfriar en horas valle si el día es extremo.
Checklist para elegir bien
- Demanda y clima: pide cálculo de cargas y potencia a -7 °C.
- Emisores: anota tipos, tamaños y temperaturas de ida/retorno actuales.
- Espacio: confirma hueco para unidad exterior, interior, ACS e inercia si aplica.
- Ruido: revisa dB(A) en ficha, evita reflexiones y respeta distancias.
- Control: exige curva climática, sonda exterior y posibilidad de integración con fotovoltaica.
- Refrigerante y normativas: consulta requisitos de instalación según el gas y tu país/región.
- Garantías y servicio: ¿quién da soporte? ¿hay repuestos y SAT cercano?
Instalación: detalles que marcan la diferencia
La misma máquina puede rendir de forma excelente o mediocre según cómo se instale. Puntos clave:
Hidráulica limpia y equilibrada
- Filtración y desfangado: protegen intercambiadores y bombas.
- Equilibrado: asegura caudal correcto a cada emisor; evita radiadores tibios.
- Vaso de expansión y válvulas: dimensionados y tarados correctamente.
Ubicación y protecciones
- Unidad exterior: buena ventilación, anclaje firme, antivibratorios, protección frente a nieve/hojas.
- Anticondensación: aislar tuberías y prever desagües de condensados y deshielo.
Eléctrico y comunicaciones
- Sección de cable y protecciones: adaptadas a intensidades de arranque y operación.
- Conectividad: si usarás app o integraciones, verifica cobertura Wi‑Fi/ethernet.
Radiadores, suelo radiante o fancoils: combinaciones inteligentes
No necesitas derribar tu casa para disfrutar buena eficiencia. Tres escenarios típicos:
Casa con radiadores existentes
Empieza con una prueba real: baja la consigna de caldera y comprueba si mantienes confort con 50–55 °C. Si es viable, una aire-agua con depósito de ACS puede funcionar muy bien; puedes ampliar superficie en estancias problemáticas con radiadores sobredimensionados o fancoils discretos.
Reforma integral o obra nueva
Suelo radiante/refrescante ofrece el mejor tándem. Trabaja a muy baja temperatura, es silencioso y aporta confort homogéneo. Acompáñalo de buen control por estancias.
Viviendas por estancias
Si no hay circuito de agua, una solución por aire-aire multisplit (o un sistema de conductos) da calefacción y refrigeración rápida con instalación contenida. Añade un termo con bomba de calor para ACS y tendrás el pack completo.
Ruido, vibraciones y convivencia
El ruido no debe ser un problema si se elige bien el emplazamiento. Revisa:
- Ficha acústica: compara dB(A) en potencia sonora y presión a X metros.
- Soportes: usa silentblocks y bases sólidas para evitar resonancias.
- Flujo de aire: apunta el chorro lejos de ventanas y zonas sensibles.
Dentro, los fancoils modernos pueden ser muy silenciosos. Ajusta velocidad mínima de ventilador para noches y activa modo silencio si existe.
Salud del sistema: mantenimiento sencillo y preventivo
Un buen hábito evita fallos y conserva eficiencia:
- Filtros limpios (aire y agua si aplica) cada temporada.
- Revisión anual de presiones, purga de aire y verificación de válvulas de seguridad.
- ACS segura: activa el programa antilegionela que recomienda el fabricante.
- Inspección visual de aislamientos, desagües de condensados y soportes.
Estrategias de control que bajan la factura
Evita el “termostato nervioso”
Subir y bajar varios grados varias veces al día genera arranques y paradas poco eficientes. Mejor constancia con ligeras bajadas nocturnas y apoyos puntuales en horas baratas o de sol.
Programa por clima y por precio
- Sonda exterior + curva climática: base del control en calefacción.
- Gestor energético: usa reglas simples: cuando autoconsumo > X kW, sube ACS a Y °C; cuando precio
Humildad con los modos “auto”
Los modos automáticos pueden ser útiles, pero entiende qué hacen. Si el equipo decide activar una resistencia eléctrica por defecto a bajas temperaturas, desactiva esa opción si tu instalación puede con ello y no compromete el confort.
Casos de uso reales
Piso con multisplit y termo con bomba de calor
Solución rápida y eficiente para quien no quiere obra hidráulica. Un multisplit calienta y enfría cada estancia y un termo de bomba de calor produce ACS a bajo consumo. Ideal si no hay calefacción central y el espacio técnico es mínimo.
Casa adosada con aire-agua y suelo radiante
Escenario de confort alto todo el año. Integración con fotovoltaica para elevar ACS al mediodía y precalentar levemente por la tarde. Un pequeño depósito de inercia evita arranques frecuentes.
Vivienda con radiadores convencionales
Tras mejorar aislamiento en ventanas y aumentar tamaño de dos radiadores clave, la casa funciona con ida a 50–55 °C casi todo el invierno. La factura baja sin cambiar todo el sistema de emisores.
Seguridad y cumplimiento
No es un electrodoméstico más: requiere profesionales cualificados.
- Refrigerantes inflamables: sigue las distancias, ventilaciones y controles exigidos por normativa.
- ACS y temperatura: evita fijar consignas excesivamente bajas de forma permanente que comprometan higiene; deja activo el ciclo de antilegionela.
- Eléctrico: protecciones, seccionamiento y cableado adecuados a intensidades de pico.
Mirando al futuro cercano
La tecnología no se detiene. Veremos:
- Refrigerantes con menor huella climática y equipos optimizados para climas muy fríos.
- Bombas de calor de CO₂ para ACS de alta temperatura en edificios y comercios.
- Redes térmicas de baja temperatura en barrios y comunidades, compatibles con bombas de calor en cada vivienda.
- Control avanzado con pronóstico meteorológico y precios, integradas en agregadores que ayudan a equilibrar la red a cambio de descuentos.
Preguntas rápidas que resuelven dudas frecuentes
¿Qué potencia necesito?
Depende de la carga de la vivienda. Como guía burda, entre 40–60 W/m² en casas bien aisladas; más en antiguas. Mejor pide un cálculo térmico y mira fichas de potencia a bajas temperaturas.
¿Puedo empezar solo por ACS?
Sí. Un termo con bomba de calor reduce notablemente el consumo frente a un termo eléctrico tradicional y es una forma sencilla de entrar en este mundo.
¿Qué pasa si falla la unidad exterior en plena ola de frío?
Un sistema bien mantenido es fiable. Si la vivienda es muy sensible, prevé un plan B: resistencia de apoyo, chimenea cerrada o un emisor portátil eléctrico temporal. No es lo habitual, pero da tranquilidad.
Errores que conviene evitar
- Dimensionar por etiqueta, no por cálculo: evita comprar “porque sí” 12 kW si tu casa necesita 6.
- Ignorar el ruido: ahorra conflictos y reubicaciones desagradables.
- Confiar en on/off: desperdicia el potencial de eficiencia. Aprende a usar la curva climática.
- Olvidar la hidráulica: sin filtrado, equilibrio y purga, la mejor máquina rinde mal.
- Desactivar antilegionela para “ahorrar”: es una mala idea.
Pequeño glosario útil
- COP/SCOP: rendimiento instantáneo y estacional. Cuanto más alto, mejor.
- Curva climática: relación entre temperatura exterior e impulsión de agua para mantener confort.
- Depósito de inercia: volumen de agua que estabiliza el sistema y reduce arranques.
- Fancoil: emisor con ventilador que cede calor/frío del agua al aire.
Decidir con cabeza: cómo cerrar el proyecto
Si has llegado hasta aquí, ya sabes lo esencial. Falta pasar a la acción con método:
- Pide una auditoría ligera al instalador: cargas, emisores, potencia propuesta y rendimiento esperado.
- Solicita dos o tres ofertas comparables, con fichas técnicas y alcance claro (obras, depósitos, control).
- Valora las ayudas que aplican en tu zona y confirma requisitos de instalación y certificaciones.
- Planifica el calendario fuera de picos de frío/calor si puedes: mejores plazos y menos prisa.
Resumen:
- Las bombas de calor calientan, enfrían y producen ACS con alta eficiencia, sobre todo con emisores de baja temperatura.
- Elegir bien requiere mirar clima, aislamiento, emisores y espacio técnico; no hay talla única.
- Integradas con fotovoltaica y tarifas inteligentes, permiten “guardar” energía barata en forma de calor.
- El retorno económico mejora frente a resistencias o combustibles fósiles, y existen ayudas en muchas regiones.
- El control importa: curva climática, modulación y evitar on/off mantienen confort y reducen consumo.
- La instalación y la hidráulica son tan importantes como la máquina: filtrado, equilibrio y ubicación silenciosa.
- En climas fríos funcionan si se dimensionan bien; los mitos se vencen con datos y una puesta en marcha correcta.
- Un mantenimiento sencillo y el respeto a programas de seguridad como antilegionela garantizan durabilidad y salud del sistema.